¿Mentes abiertas o personas expertas?
En la respuesta está la capacidad de anticipar de un board
Actualizado el 23 de junio de 2022
El economista Jason Furman, profesor de Harvard y ex chair del Consejo de Asesores Económicos durante el gobierno del Presidente Barack Obama, publicó un tweet en enero de 2022 en que decía que “estimo que la inflación va a estar entre el 3% y 4%, pero no me sorprendería si se ubica en el 1% o 6%”. Lejos de querer criticar a un prestigioso economista, la amplitud de su estimación, la reacción que produce el tweet es la de reconocer la complejidad que tiene el anticipar o pronosticar eventos o desarrollos futuros, por más experiencia o modelos numéricos que se tenga a disposición. Y peor en ambientes de alta volatilidad como los que vivimos.
El economista Jason Furman, profesor de Harvard y ex chair del Consejo de Asesores Económicos durante el gobierno del Presidente Barack Obama, publicó un tweet en enero de 2022 en que decía “estimo que la inflación va a estar entre el 3% y 4%, pero no me sorprendería si se ubica en el 1% o 6%”. Lejos de querer criticar a un prestigioso economista, la reacción que produce la amplitud de la estimación del tweet es la de reconocer la complejidad que tiene el anticipar o pronosticar eventos o desarrollos futuros, por más experiencia o modelos numéricos que se tenga a disposición. Y peor en ambientes de alta volatilidad como los que vivimos.
Un opinión mas radical sobre el tema la tiene Nassim Nicholas Taleb, el famoso autor de “Cisne Negro” y Antifragilidad”, quien afirmó, también en Twitter, que: "dado su historial, yo recomendaría contratar economistas académicos y hacer lo CONTRARIO de lo que aconsejen, porque ni siquiera son mejores que el azar”. Con esa afirmación parece coincidir Philip Tetlock, profesor de psicología en la Universidad de Pennsylvania y profesor de administración en Wharton School, quien en su libro “Expert Political Judgment” de 2005, escribió que “los expertos económicos y políticos son, en promedio, casi tan precisos como un chimpancé jugando a los dardos”.
En cualquier caso, parecería que las provocativas expresiones de Taleb y Tetlock -quienes por cierto tampoco suelen coincidir- sólo confirman la complejidad que afronta cualquier persona o equipo de personas que tienen al frente la difícil tarea de tomar decisiones sobre la base de escenarios futuros posibles. Difícil tarea que, por cierto, está en el corazón de lo que se espera de ese equipo de personas llamado board.
Si la experiencia, la academia, y los modelos numéricos no garantizan más confiabilidad en la predicción y en la toma de decisiones que el mismo azar, ¿cómo afrontar el reto de anticipar en un board? Ciertamente, no sería solo contratando los mejores expertos y académicos para que participen o asesoren al board, al menos así parecerían opinar Taleb y Tetlock.
Tetlock en particular, tiene cómo demostrar su punto: en 2011, un equipo de “amateurs con acceso a internet” liderados por él, ganó una competencia auspiciada por el gobierno norteamericano sobre predicciones políticas y económicas, superando incluso al equipo de la CIA. Su sonado y abrumador éxito en la competencia lo llevó a escribir posteriormente el bestseller "Superpronosticadores: El arte y la ciencia de la predicción”.
En reciente y extensa entrevista con el New York Times, el autor resumió las principales conclusiones de su libro. En particular sobre qué habilidades, no conocimientos, hacen de una persona un buen pronosticador. Y la respuesta es poco menos que contra-intuitiva: es la capacidad de la persona de cuestionarse frecuentemente su criterio, de hacer las preguntas y comparaciones correctas, de alejarse de los extremos y de las certezas, de ser flexible en su visión del mundo y de “reconocer que pueden haber puntos de vista alternativos válidos, e identificar bajo qué condiciones estos serían posibles”. Estas cualidades, afirma el autor, son difíciles de encontrar en los expertos, víctimas de su propia experiencia que los obliga a seguir viendo los temas bajo la misma óptica y a defender sus posturas contra viento y marea.
En la entrevista a Tetlock, surge además otro inquietante tema que también abordamos con detenimiento en tomate®governance. Por una parte exigimos de nuestros líderes férrea determinación e implacable enfoque en la consecución de los objetivos. Y por otro lado, son esos mismos líderes quienes forman parte de los boards encargados de la delicada tarea de anticipar, que requiere de una estado mental distinto de mayor apertura y flexibilidad. Existe entonces una brecha de competencias que debe cubrirse, una capacidad de transitar desde un espacio de liderazgo enfocado a la ejecución a un espacio donde se espera de los board members un ejercicio cooperativo, orientado a la anticipación. Lo que hizo a un profesional exitoso en un espacio administrativo, es necesario pero no suficiente para ser exitoso en un espacio de gobernanza, y ayudar a cerrar esa brecha con el desarrollo de nuevas competencias conversacionales está en el corazón de nuestros programas de formación de board members.
* Conscientes de que en nuestra región latinoamericana los board son conocidos como directorios, consejos consultivos o juntas directivas, en tomate®governance procuramos usar el término board, sin perjuicio de que en ocasiones podamos utilizar los otros términos para referirnos al board.
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