¿Colusión contra la presencia femenina, cuotas?

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La mayor presencia de mujeres en los boards se ha transformado en bandera de lucha entre quienes miran con recelo al mercado y especialmente de agrupaciones femeninas de amplio espectro. A juicio de este grupo heterogéneo, el mercado no habría sido capaz de resolver esta aparente asimetría entre hombres y mujeres en los boards de empresas en Latinoamérica. Casi sin excepciones, la orientación seguida para encarar esta situación tiene el ingrediente ideológico predominante en cada país.

Socialdemocracias como Suecia y Noruega, también España, han legislado cuotas de paridad aproximadas al 40%. Sociedades más liberales, como la inglesa, se han opuesto reiteradamente a estas iniciativas. Lo mismo en los Estados Unidos de América, donde una mayoría significativa de mujeres rechazan un “presente griego” que pueda menoscabar su dignidad y mérito personal, valores que desean validar en la cancha, sin subvenciones al género. Esto, a pesar de los recientes informes de Standard & Poors 500 que muestran un magro 4% de los cargos gerenciales de primer nivel a las mujeres, y sólo un 25% de las posiciones ejecutivas y de nivel superior en las grandes empresas encuestadas.

¿Corresponde esta situación a un “cartel anti-femenino”? A mi no me parece que esta sea la razón mas importante que explique esta condición internacional de disparidad de sillones usados por hombres y mujeres.

mujer de negocios

Esencia de un buen board es tener la capacidad de complementar las tareas ejecutivas y, solo eventualmente, de sustituirlas. En cambio si se busca preferentemente que el éste sea un buen sustituto del gerente general, para sentarse en la mesa es deseable una trayectoria profesional de responsabilidades ejecutivas en primera línea, ojalá de Gerente General. Entre los candidatos hay pocas mujeres calificadas, porque son todavía muy pocas las dispuestas a renunciar a mucho para emprender tareas administrativas o corporativas empresariales.

Más que orientar el esfuerzo a la equidad de género en el board, todo indica que el derrotero a seguir es potenciar el rol del board como complemento del Gerente General para que la presencia femenina aumente. Si éste, además de su rol de supervisión, donde la experiencia ejecutiva es un plus, se orienta a ser un espacio donde se discierne la coherencia de las decisiones estratégicas con el propósito de la compañía, la presencia de la mujer se hace indispensable; si es el board el espacio donde el Gerente General se nutre de miradas que le enriquecen su foco preponderante en el resultado financiero, entonces la presencia de la mujer es indispensable; si el board es un espacio eminentemente anticipativo de riesgos y oportunidades para la empresa, entonces la presencia de la mujer es insustituible.

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